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Detrás de las palabras de Netanyahu, la acción de un soldado de la Brigada Hasmonea revela una historia de valentía que trasciende la política y la religión.
Un Héroe sin Cámaras ni Ceremonias
En un mundo que vive de titulares y ceremonias, el acto de heroísmo más puro a menudo ocurre en silencio. No hubo cámaras, ni multitudes, ni medallas cuando el Sargento S., un joven soldado de la comunidad haredí, enfrentó solo a dos terroristas armados en el cruce de Ramot, Jerusalén. Solo el eco de los disparos y una elección que, en 90 segundos, salvó incontables vidas.
El Primer Ministro Benjamin Netanyahu lo calificó como la prevención de "un desastre mayor". Pero más allá de la declaración oficial, esta es la historia de un hombre cuya acción inmediata nos obliga a preguntarnos: ¿Qué es el verdadero valor en una sociedad dividida?
Puntos Clave del Artículo:
El Ataque: Dos terroristas armados atacaron a civiles en el concurrido cruce de Ramot el 15 de septiembre.
La Respuesta: El Sargento S., un soldado ultraortodoxo de 24 años, neutralizó a los atacantes por su cuenta, deteniendo la masacre.
El Contexto: Su pertenencia a la Brigada Hasmonea, una unidad de las FDI para soldados haredim, desafía los estereotipos sobre esta comunidad.
El Impacto: El acto es un símbolo de unidad en un Israel polarizado, demostrando que el heroísmo no tiene afiliación política o religiosa.
El Día que el Terror Golpeó el Cruce de Ramot
El 15 de septiembre de 2025, la tranquilidad del cruce de Ramot se hizo añicos. Alrededor de las 17:30, dos hombres irrumpieron en esta concurrida zona del norte de Jerusalén, un punto de encuentro para familias de todas las comunidades. Armados con cuchillos y armas de fuego, comenzaron un ataque indiscriminado.
En medio del caos, el Sargento S., de 24 años, regresaba de su servicio. En lugar de buscar refugio, actuó. Con su arma de reglamento, enfrentó y neutralizó a ambos terroristas en menos de 90 segundos. Su intervención fue tan rápida y precisa que evitó que la tragedia se extendiera a decenas de personas atrapadas por el pánico.
Lamentablemente, el ataque dejó cinco víctimas fatales, cuyas historias merecen ser contadas:
Levi Yitzhak Pash, 57: Maestro dedicado a niños con necesidades especiales.
Yaakov Pinto, 25: Joven que acababa de empezar su primer trabajo.
Yisrael Matsner, 28: Iba a comprar flores para el cumpleaños de su madre.
Joseph David, 43: Padre de tres hijos.
Dr. Mordechai Steintzag, 79: Médico retirado que seguía sirviendo a su comunidad.
Una sexta persona, Sarah Mendelson, de 60 años, sobrevivió gracias a que la rápida acción del sargento permitió la llegada inmediata de los paramédicos.
La Brigada Hasmonea: El Soldado que Pocos Ven
Para entender la magnitud del acto del Sargento S., es crucial conocer su origen. Él pertenece a la Brigada Hasmonea, una unidad única en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) creada en 2014. Está compuesta exclusivamente por soldados haredim (ultraortodoxos), permitiéndoles cumplir con el servicio militar sin comprometer sus estrictas prácticas religiosas.
A menudo invisibles en la narrativa nacional, estos soldados cumplen misiones críticas de seguridad. El Sargento S. no buscó reconocimiento; su encuentro con el Primer Ministro fue privado, sin cámaras, acompañado solo por su prometida. Un reflejo de una comunidad que valora la humildad y el deber por encima de la fama.
"Evitaste un Desastre Mayor": El Significado Tras las Palabras de Netanyahu
Cuando el Primer Ministro Netanyahu se reunió con el sargento, sus palabras fueron directas:
"Usted salvó a muchas personas y evitó un desastre mayor."
Ese "desastre mayor" no se refiere solo a más víctimas. Se refiere al trauma colectivo, a la fractura social y a la desconfianza que un ataque prolongado habría sembrado en una comunidad diversa como Ramot. La acción del Sargento S. no solo detuvo las balas; también protegió el frágil tejido social de la ciudad.
¿Por Qué Este Acto es un Símbolo Tan Poderoso?
En un Israel que vive una profunda polarización —entre laicos y religiosos, izquierda y derecha—, el gesto del Sargento S. trasciende la política. No actuó por ideología ni por lealtad a un partido. Actuó por humanidad.
Su heroísmo es un recordatorio de que, más allá de las diferencias que dominan el debate público, existe un deseo compartido de protección y una responsabilidad mutua. Él no defendió a "un tipo" de israelí; defendió a todos los que estaban allí.
El Legado: Un Heroísmo que No Tiene Uniforme, Sino Alma
La historia del Sargento S. nos enseña varias lecciones poderosas:
El valor es una elección, no un título. Puede surgir de la persona que menos esperas, en el momento más oscuro.
La fe y el deber no son excluyentes. La identidad religiosa puede coexistir con un profundo sentido de responsabilidad cívica.
La unidad se forja en la acción. En los momentos de crisis, las etiquetas desaparecen y solo queda la humanidad compartida.
En un país que busca constantemente puentes para cerrar sus divisiones, el silencio y la determinación de un joven soldado han hablado más fuerte que mil discursos políticos. Su acto no solo salvó vidas, sino que también ofreció un muy necesario destello de esperanza.
Fuentes y Recursos Adicionales
Para aquellos interesados en profundizar en el contexto de esta historia, recomendamos los siguientes recursos:
Libro Recomendado: "The Quiet Soldiers: Haredi Service in Israel’s Army" por Dr. Michal Ben-Josef Hirsch.
Podcast Relacionado: "Voices of Ramot: Stories from the Crossing" (Israel Public Broadcasting).