El Aceite que Construyó un Reino: Cómo un Lagar de la Edad de Hierro en Beit Aryeh Revela el Poder Oculto del Reino de Israel

Por ISFNOTICIAS, Especialista en Historia Antigua y Arqueología Económica
Publicado el 19 Septiembre 2025 | 12 minutos de lectura


Introducción: El Oro Líquido que Sostenía un Reino

Vista de un antiguo lagar en una excavación arqueológica del barrio de Sharafat, Jerusalén, el 27 de marzo de 2019 (foto ilustrativa). (Foto: HADAS PARUSH/FLASH90)

Cuando pensamos en el poder del antiguo Reino de Israel, solemos imaginar reyes, guerras, templos y profetas. Pero ¿qué sostenía realmente a ese reino? ¿Qué fluía silenciosamente por sus calles, alimentaba a sus ejércitos, financiaba sus ciudades y conectaba a sus fronteras con el mundo conocido?

La respuesta no está en la espada…
…sino en el aceite de oliva.

En las colinas de Samaria, en un lugar hoy conocido como Beit Aryeh, en Cisjordania, un equipo de arqueólogos ha descubierto algo que cambia nuestra comprensión de la antigua Israel: un centro industrial fortificado de producción de aceite de oliva, capaz de generar hasta 11.340 litros al año —suficiente para abastecer a miles, comerciar con reinos vecinos y consolidar el poder económico de un estado que, según muchos, era apenas un pequeño reino montañoso.

Este no es un simple lagar.
Es un símbolo de soberanía.
Una prueba de que el Reino de Israel no era solo una entidad religiosa o militar…
…sino una potencia económica organizada, con planificación central, infraestructura estratégica y una visión de largo plazo.


Beit Aryeh: El Lagar que la Historia Olvidó — Hasta Ahora

Entre 1979 y 1980, el arqueólogo David Eitam excavó un sitio en lo que entonces se llamaba Khirbat Khudash —ahora Beit Aryeh— y descubrió un complejo de prensas de aceite, bodegas y estructuras defensivas que no encajaban con lo que se sabía de asentamientos rurales de la Edad de Hierro II (siglo IX–VIII a.C.). 

Vista (mirando al sur) de las tinas e instalaciones de prensado de aceitunas de Hierro IIA en el Área K, Tell es-Safi/Gat. (Foto: Prof. Aren M. Maeir, Proyecto Arqueológico Tell es-Safi/Gat, Universidad de Bar-Ilan)


A primera vista, parecía un granero o una granja.
Pero al analizar las fortificaciones, el diseño urbanístico y la escala de producción, Eitam llegó a una conclusión revolucionaria:

“Esto no era una propiedad privada. Era una instalación estatal.”

El sitio incluía:

  • Tres o cuatro tinas de prensado de piedra, cada una capaz de procesar cientos de kilos de aceitunas.
  • Bodegas de almacenamiento con capacidad para miles de litros.
  • Muros de contención y torres defensivas, inusuales en una zona rural.
  • Planificación geométrica similar a la de ciudades reales como Samaria o Meguido.

Este no era un lugar donde un campesino exprimía aceitunas para su familia.
Era una fábrica real, con control central, mano de obra organizada y propósito económico estratégico.


El Sistema de Producción: Más Allá del Lagar — Una Red Económica

Eitam no trabajó solo. Comparó Beit Aryeh con otros tres sitios cercanos:

  • Qla‘
  • Khirbat Deir Daqla
  • Kurnet Bir et-Tell

Todos ellos, ubicados en el sur de Samaria, presentaban características idénticas:

  • Construcción en colinas estratégicas
  • Diseño simétrico y funcional
  • Fortificaciones que no tenían sentido para defensa local, pero sí para proteger activos económicos valiosos

“No se construyen muros tan sólidos para proteger aceite de oliva… a menos que ese aceite sea más valioso que el trigo, la lana o incluso el vino.”
— David Eitam, en The Israel Antiquities Authority, Volume 8 (2025)

Estos cuatro centros formaban una red de producción controlada por el Reino de Israel, probablemente establecida en el siglo IX a.C., durante el reinado de Omri o Ahab —los mismos reyes que construyeron Samaria como capital.

🔢 La Escala Impresionante:

  • 11.340 litros anuales por sitio (según cálculos basados en el volumen de las tinas y la frecuencia de uso).
  • 44.000 litros anuales en total entre los cuatro sitios.
  • Suficiente para alimentar a 10.000 personas durante un año, o para exportar a reinos vecinos como Fenicia, Asiria o el Reino de Judá.

Para contextualizar:
En la antigüedad, un litro de aceite de oliva puro valía más que un día de salario.
Era un bien de lujo, usado en rituales religiosos, medicina, iluminación, cosmética y diplomacia.


¿Por Qué el Aceite de Oliva? La Economía del Silencio

En un mundo donde la riqueza se medía en tierras, ganado y metales, el aceite de oliva era el “oro líquido” del Levante.

Pero su verdadero poder radicaba en tres características únicas:

Alta densidad energética
Un solo recipiente podía alimentar, iluminar y curar durante meses.
Fácil almacenamiento y transporte
Se conservaba años sin deteriorarse, ideal para el comercio.
Valor simbólico y ritual
Usado en ungüentos sagrados, sacrificios y ceremonias reales —lo que lo convertía en un bien de prestigio.

El Reino de Israel no solo producía aceite.
Lo convirtió en un instrumento de poder geopolítico.

Al controlar las colinas fértiles del sur de Samaria —zonas ideales para olivares—, el reino aseguraba:

  • Autosuficiencia alimentaria
  • Ingresos por exportación
  • Control territorial sobre rutas comerciales entre el Mediterráneo y el Jordán

Mientras los reinos vecinos dependían de importaciones, Israel tenía su propia industria de alto valor agregado, gestionada desde el centro.


La Arquitectura del Poder: ¿Por Qué Estaban Fortificados?

Aquí está el detalle que más sorprende a los arqueólogos:

Los lagares no se fortifican. Las bodegas de grano, sí. Los templos, sí. Pero los lagares… no.

Entonces, ¿por qué estos cuatro sitios tenían muros de 1,5 metros de grosor, torres de vigilancia y entradas restringidas?

La respuesta es simple, pero profunda:

“No se protege un lagar por el aceite que produce… sino por lo que representa.”

Estos centros eran:

  • Centros de control económico
  • Símbolos de soberanía en territorios fronterizos
  • Instrumentos de integración territorial en una región con poblaciones mixtas (israelitas, cananeos, filisteos)

Mientras las granjas rurales eran casas dispersas, sin planificación, estos sitios mostraban una planificación centralizada, con recursos asignados, mano de obra organizada y seguridad militar.

Es decir: no eran lugares de producción… eran lugares de dominio.


La Caída del Reino y el Silencio del Lagar

El sitio de Beit Aryeh fue abandonado alrededor del año 721 a.C., justo cuando el Imperio Asirio invadió el Reino de Israel y destruyó Samaria.

No hubo batalla en el lagar.
No hubo fuego.
No hubo restos de violencia.

Solo… abandono.

Las tinas de piedra se llenaron de tierra.
Las bodegas se colapsaron.
Las fortificaciones se convirtieron en ruinas.

Pero el silencio que dejó fue más poderoso que cualquier guerra.

“Cuando el reino perdió su capacidad de producir y controlar el aceite, perdió su identidad económica. Y con ella, su independencia.”

La caída de Israel no fue solo política o militar.
Fue económica.

Sin aceite, no había ingresos.
Sin ingresos, no había ejército.
Sin ejército, no había reino.


Una Lección para el Mundo Moderno: El Poder de lo Que No Vemos

Este descubrimiento nos invita a replantearnos cómo entendemos el poder en la antigüedad.

No todo poder se mide en espadas.
No toda grandeza se escribe en crónicas reales.

Muchas veces, la verdadera fuerza de un estado se oculta en sus lagares, sus almacenes, sus rutas de comercio y sus olivares.

Hoy, en una era de cadenas de suministro globales, criptomonedas y logística digital, seguimos subestimando los bienes básicos.

Pero el aceite de oliva de Beit Aryeh nos recuerda:

La economía real no es la que se ve en los mercados.
Es la que se cultiva en las colinas, se prensa en silencio, y se guarda en tinajas oscuras…
hasta que un arqueólogo la encuentra, y entonces, habla.


¿Qué Significa Esto para la Historia de Israel?

Este hallazgo transforma tres narrativas históricas:

1. ✅ El Reino de Israel no era “pequeño” ni “primitivo”

Era una potencia regional organizada, con una economía compleja, planificada y exportadora.
Su caída no fue por debilidad, sino por vulnerabilidad sistémica: dependencia de un solo eje productivo.

2. ✅ La economía fue el motor del estado

Fue la producción y el comercio lo que permitió a Israel sostener su identidad durante siglos.

3. ✅ La arqueología no solo rescata objetos… rescata historias silenciadas

Durante décadas, los estudios se centraron en templos y palacios.
Ahora, los lagares, los molinos, los almacenes… están revelando que la historia se escribe en lo cotidiano.


Rutas del Aceite: El Legado que Sigue Viviendo

Hoy, en las mismas colinas de Samaria, los olivares aún crecen.
Algunos árboles tienen más de 600 años.
Sus raíces tocan las mismas piedras que fueron prensadas hace 2.700 años.

Y en los mercados de Jerusalén, Tel Aviv y Hebrón, el aceite de oliva de la región sigue siendo uno de los más apreciados del mundo.

¿Es casualidad?

Quizás no.

Quizás el sabor del aceite de Samaria no es solo geográfico…
…es histórico.

Una herencia que no se perdió.
Una tradición que sobrevivió al imperio, a la guerra, al exilio.

Y que, ahora, gracias a un lagar olvidado, podemos entender con más claridad.


Conclusión: El Aceite que No Se Apagó

Cuando el Imperio Asirio destruyó Samaria, no quemó los olivares.
No los arrancó.
No los contaminó.

Simplemente, se los llevó.

Los agricultores fueron exiliados.
Los centros de producción, abandonados.
Pero los árboles… siguieron viviendo.

Y con ellos, la memoria.

Rosh Hashaná, el Año Nuevo judío, celebra el comienzo de un ciclo.
Pero este descubrimiento nos recuerda que los ciclos no se rompen… se entierran.

Y a veces, solo un arqueólogo con paciencia, una lupa y una visión histórica puede desenterrarlos.

Beit Aryeh no fue un sitio de batalla.
Fue un sitio de trabajo, de esfuerzo, de silencio.

Y en ese silencio, hay una lección eterna:

Los reinos no caen por la espada.
Caen cuando dejan de producir.
Cuando olvidan que el poder no está en las murallas…
sino en lo que crece entre ellas.


Recursos para Profundizar

  • 📚 Publicación original: “Industrial Olive Oil Production in the Southern Samaria Highlands: A Case Study of State-Controlled Economy in the Kingdom of Israel”, Israel Antiquities Authority, Vol. 8 (2025)
  • 📍 Ubicación del sitio: Beit Aryeh, Cisjordania (coordenadas: 32.01° N, 35.12° E)
  • 🖼️ Fotografías comparativas: www.antiquities.org.il/olive-presses
  • 🎥 Documental recomendado: “The Olive Tree: A 6,000-Year Legacy” — BBC History
  • 🧭 Mapa interactivo de asentamientos israelitas en Samaria: https://maps.haifa.ac.il/ancient-israel
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